Ser viejo y ser pobre en la ciudad.

Abandono, discriminación, soledad: es lo que estás destinado a sufrir cuando eres viejo y pobre en la ciudad.

Ser pobre y vivir en la ciudad es ya de por sí una tarea difícil. Pero ser pobre y viejo lo convierte en un auténtico calvario.

En las ciudades, las personas mayores no tienen la posibilidad de encontrar un trabajo bien remunerado: las empresas y los gobiernos las consideran poco productivas o inútiles. Este factor los expone a emplearse en trabajos que les ofrecen menores salarios y sin prestaciones laborales.

Las sociedades actuales han permitido disminuir la tasa de mortalidad y aumentar la esperanza de vida, sin embargo el panorama económico no es tan alentador. Dicho de otra forma: no es que sea mala noticia el saber que podemos vivir mucho tiempo, lo triste es saber que probablemente envejeceremos mal.

Hablar de vejez debe ser un tema primordial, pues es una etapa a la cual todos nos dirigimos.

Se necesitan políticas públicas que vayan más allá del mero asistencialismo.